lunes, 31 de agosto de 2009


La nueva Cristina


La gaiteira orensana Cristina Pato se ha reinventado como profesora de ópera en Estados Unidos y trabaja en fusionar la música clásica y el folk gallego. Ahora, Cristina ha renunciado al pelo verde: ni rastro de estética punk y se muestra como la serena pianista, doctora en Musical Arts por la Rutgers University, profesora adjunta de interpretación operística en la Universidad de New Jersey.

Hace cinco años, con una fulgurante carrera internacional como gaiteira, asumió el reto de irse a Nueva York. Buscaba más: un doctorado en piano. Y acabó haciéndose otra pero también la misma: enganchada al estrés, a la competitividad y al arrojo. "Es que si me dejo no hago nada; yo soy así por naturaleza: o todo o nada y prefiero que no salga el lado vago", justifica su apuesta por el todo, ese atracón de disciplina, el puro esfuerzo que le permite mantenerse en los primeros niveles profesionales de dos carreras paralelas, casi contradictorias, en la música clásica y en la folclórica. Aunque ahora es la sobria profesora y pianista la que asoma en la cafetería del casco vello orensano, a unos metros del domicilio familiar: el pelo oscuro y lacio recogido en una coleta, una discreta blusa camisera azul cielo, tacones y pendientes de perlas flotando por la austeridad de su cuello.

Lleva apenas una semana de descanso tras 15 conciertos en cuatro meses, los que pasa al año fuera de Estados Unidos. Y para que no le salga el lado vago ha preparado mientras su próximo disco con la gaita. "El cuarto, aunque para mí es el primero, porque será el primero en el que controlaré todo lo que pasa, el primero de la nueva Cristina". "Saqué Tolemia [su verdadero primer disco] con 18 años y es muy difícil controlar lo que pasa a tu alrededor a esa edad; ahora soy más consciente, no hay cifras de ventas que cumplir, no hay presión y eso te da mucha seguridad". Y sigue apostando al todo: "Mi compañía, Fonomusic, quebró cuando me marchaba a Nueva York y ahí vi la oportunidad de reinventarme". Y reinventándose, e incluso marchándose de España, siguió con Zouma Records, el sello orensano creado por Juan Carlos Fernández Fasero, su mánager y ahora director de Agadic, para producir su primer disco con el también orensano grupo Mutenrohi, cuando no había quien lo hiciera.

La pianista gaiteira o la gaiteira pianista habla de sus instrumentos: "La gaita me da acceso a un público que el piano no tiene y al dedicarme a la música desde tan pequeña es muy bonito poder seguir dos carreras paralelas". En Nueva York trabaja con compositores de música clásica contemporánea como el argentino Osvaldo Golijov (autor de bandas sonoras para Coppola). El compositor fue a dar una clase magistral hace cinco años a su universidad y la renacida Cristina acabó trabajando con él en una obra para gaita, violonchelo y orquesta que estrenaron con la Chicago Sinphony Hall.Así fue como empezó lo que ella no esperaba: la fusión de la gaita con la música clásica en Estados Unidos. "El colmo de la rareza".

Once años después de sus comienzos con el pelo verde, la sobria doctora Pato le indica a la gaita que evolucione. Que vaya más allá de la música popular. "En el mundo de la música gallega tiene que pasar lo mismo que en la clásica: que haya un circuito que conserve la música tradicional y otro para los que nos dedicamos a llevar el instrumento hacia otras partes".

Ya nada es como cuando empezó. Ni siquiera ella misma. "Parece mentira que en Nueva York haya encontrado la calma suficiente para reinventarme. ¡Es increíble cómo cambió todo en 5 años! Yo me fui pese a que me decían que era una locura. Podía salir mal o salir bien, pero di el paso y al menos en lo personal me ha salido bien". Aunque matiza que Galicia también evoluciona. "Galicia evoluciona a su ritmo, que es ese ritmo especial que le marcamos los gallegos y que creo que es de acuerdo con el proceso natural de la tierra; el de las cosechas". Y desde su perspectiva americana habla del "paradigma de la calidad de vida" que hay en Galicia: "Eso permite que por aquí todo el mundo se pueda dedicar a sus cosas".

- Pero usted tuvo que irse, primero a Barcelona, para hacer una carrera musical.
- Sí, claro, eso es lo complicado. Que va despacio y todo depende mucho de instituciones.

Cristina Huete
Vía: El País.